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domingo, 29 de diciembre de 2019

CAFÉ OVANDO; DE LA FINCA A LA TAZA

Por: Miguel Olvera

Chocamán, Ver.- La familia Ovando Díaz se cansó de regalar su café a los acaparadores y las grandes empresas. Apenas cuatro meses después ya venden café tostado y molido, bombón de café, licor de café.

José Luis Ovando Díaz, quien inició este proyecto, reconoce que no es un camino fácil, pero es mejor que regalar su producto por $7 pesos o menos por kilogramo de cereza, sin poder recuperar su inversión.

Hermanos y sobrinos también le han apostado a este proyecto y ahora no solo cortan el café, sino que lo despulpan, lo secan y venden los diferentes productos que ya elaboran con recursos propios.

La idea nació hace apenas cuatro meses, “tenemos parcelas pero como está muy barato el kilo de café decidimos arriesgarnos, salir adelante de otra manera y pensamos en involucrarnos en todo el proceso”, comenta el entrevistado.

Hoy Café Ovando es una marca de café que busca posicionarse en la zona ante la mirada de asombro de los líderes cafetaleros de la zona, que no conciben que un grupo de productores reten en el mercado a las grandes empresas.

EL CAFÉ COMO NEGOCIO

La familia Ovando Díaz, como muchos otros productores cafetaleros, se cansó de estar a merced de los acaparadores y la imposición de precios irrisorios por el aromático, que no les permiten recuperar su inversión.

“Ahora tenemos una gran ventaja porque antes por ejemplo se vendían dos kilos de seis pesos, ahora vendo dos bolsas de un kilogramo de 140 pesos cada una, en ocasiones hasta tres”, explica el productor y emprendedor chocameco.

“No es fácil que un productor se arriesgue, porque hay que invertirle, nosotros todavía no vemos una ganancia, también hay quienes no quieren trabajar por cultura o no sé porque”, agrega José Luis.

En promedio, una hectárea de café requiere de cinco mil pesos de inversión; con precios de $7 pesos por kilo no se obtiene ninguna ganancia real y aunque el municipio de Chocamán cuenta café de buena calidad, la mayor parte de los productores sigue apostándole a la venta del aromático en cereza, con el que se juegan un albur cada cosecha.

En contraste al fundar Café Ovando, los productores se involucraron en la venta de café molido, en la elaboración de bombón, que tiene un costo de $50 pesos y hasta de crema de licor a base de café, que se cotiza en $110 pesos.

EL PROCESO DEL CAFÉ

Desde el corte del grano hasta que se embolsa pasan 15 días. Cinco de ellos se invierten en el secado al sol. El despulpado es natural. “En el caso del tostado recurrimos a un beneficio pero la idea es adquirir nuestra propia tostadora y completar todo el proceso nosotros solos”, destaca Ovando Díaz con una bolsa en la mano donde carga con los productos que elabora su familia.

Los integrantes de la familia Ovando cuentan con 12 hectáreas sembradas de café, que producen en promedio 3 y media toneladas del grano por hectárea. En su caso, se encuentran a mil 300 metros sobre el nivel del mar, lo que ofrece muchas de las características que se buscan en un buen café. “nosotros tenemos café criollo, seleccionado como se hacía en sus orígenes, tenemos un producto orgánico”, asegura.

“Somos varios hermanos, así le estamos haciendo la lucha, unos hacemos una cosa, otros como yo por ejemplo nos dedicamos a venderlo, a buscar clientes”, comenta Ovando Díaz, quien aclara que aunque no cuentan con un certificado de café orgánico, se realizan todas las prácticas que se necesitan, inclusive el secado es al natural.

José Luis se mantiene optimista, además que omite en todo momento al gobierno, del que no espera una dádiva para salir adelante. “Ojalá mas productores hicieran esto, porque las empresas nos comen, ojalá tuviéramos otra visión del campo”.

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