Por: Miguel Olvera
Huatusco, Ver.- En Santa Cecilia ya no resuena el toponaxtli olmeca ni se rinde pleitesía a Macuilxochitl (cinco flor) dios protector de los músicos. Ahora será un relativamente moderno reloj quien desde las alturas marque el tiempo a los huatusqueños.
Después de años de retar a los elementos, al tiempo y la indiferencia de las autoridades la capilla, edificio emblemático y orgullo de los huatusqueños vuelve a brillar pintada de color ocre con blanco.
Tomó varios meses y más de millón y medio rehabilitar su fachada, reconstruir el arco principal. La alcaldesa, Baldinucci Tejeda Colorado adelantó que este mismo jueves podría ser bendecida e inaugurada la primera etapa de la obra que se soñó imposible durante años.
El templo de Santa Cecilia siempre ha retado a quienes buscan concluirlo. Cuenta una leyenda que apenas llegaron los conquistadores españoles a la zona, comenzaron a destruir los adoratorios adoratorios, incluido el templo dedicado a Quetzalcóatl, siendo en ese momento que un teopixque cuauhtochca maldijo a los invasores.
Retando a los antiguos dioses se construyó la capilla por Felipe Espota, de origen italiano, quien dirigió el proyecto, que se prolongó durante años, concluyéndose en 1898, aunque no del todo. Los sismos dañaron la estructura y provocaron el colapso de una de la cúpula.
En la única torre, a 35 metros de altura permaneció un reloj de cuatro carátulas, obsequiado por Sofía González, viuda de Rebolledo. La maquinaria comenzó a funcionar a inicios de 1900. Este martes, el reloj retornó a los muros que la albergaron durante más de un siglo.
La alcaldesa de Huatusco externa que ya se realizan las gestiones necesarias para la segunda etapa del templo, con lo que se busca romper la maldición de Quetzalcóatl y lograr lo que nadie había hecho. Darle vida al templo de Santa Cecilia.
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