martes, 30 de octubre de 2018

ALGARABÍA


Lety no se preparó para gobernar 

Por: Miguel Ángel Contreras Mauss

A la alcaldesa Leticia López Landero le quedan 63 días para comenzar a reflexionar antes de finalizar el 2018 sobre lo que ha sido su primer año (de tres que le quedan) frente a la Presidencia municipal de Córdoba. No será una tarea fácil pero tampoco imposible.
Tengo el gusto de conocerla, muchas veces la entrevisté y reconozco su trabajo en la Cámara de Diputados, sobre todo, a favor de las mujeres.  Sé que anhelaba gobernar esta ciudad. Pero también, sé qué no se preparó para ser presidenta; no quiso entender que su llegada al poder no era un "quítate tú para ponerme yo".
En sólo dos meses deberá de poner en orden sus ideas, meditar, hacer cambios, romper relaciones (sobre todo esto) para comenzar en 2019 con la intensión de mejorar la perspectiva que tienen los cordobeses de ella y de su Gobierno. 
¿Cómo quiere pasar a la historia? Como la primera mujer en los 400 años de fundación de Córdoba que llegó a gobernar a la ciudad, que hizo ver al machismo que las mujeres son capaces de dirigir mejor el rumbo de un municipio, creando obras de impacto social, acabando con la corrupción, apoyando a los más necesitados, generando empleos, peleándose con los poderosos para bajar recursos y hacer de nuestro municipio el mejor del País.  O, simplemente, como un alcalde más que sólo llegó a robar, a enriquecerse, a ayudar a sus “amigos” con puestos públicos compartiendo el jugoso pastel.
La lista de los errores es más grande que la de los aciertos. Contadas son las cosas que hay que aplaudirle. No se ha querido dar cuenta que entre los cordobeses hay desilusión, la abrumadora mayoría de los ciudadanos que votó por ella para derrocar al PRI del poder y que confiaron en sus bondades, ahora son sus principales críticos.
El mayor fracaso de Lety-y por tanto el mayor retroceso-, se localiza en su incapacidad para entender su papel en el Palacio.  Ha dejado en claro que no se preparó para ser presidente; no quiso ver ni entender que su llegada al poder no era por una coincidencia. 
Lety le ha dado la espalda a su responsabilidad histórica y, apenas iniciado su gobierno, se acomodó en la misma silla que el PRI al que había echado, en el mismo sistema político, se valió de los mismos viejos y cuestionables métodos corporativos, mientras que refrendó añejos pactos con poderes fácticos, grupos empresariales y familiares que se enriquecieron al amparo de la naciente democracia. 
En un año su administración se ha convertido el “retroceso”. Ojalá reflexione a tiempo y demuestre que las mujeres sí saben gobernar, por el bien de ellas.

Mauss1987@gmail.com

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