domingo, 20 de septiembre de 2015

DESPIDEN A FAMILIA FALLECIDA EN DERRUMBE


Por: Miguel Olvera Caballero

Calcahualco, Veracruz.- Los féretros descansan afuera de la capilla de Santa María de Guadalupe, niños inquietos resistiéndose a ir a misa. Don Bernardo espera adentro, como si se tratara de una segunda boda con su querida Rosalina.

Pie de foto:
Juntos, así como fueron encontrados por los rescatistas, 
los 6 integrantes de la familia de Xilomichi llegaron a la 
capilla de Santa María de Guadalupe.
"Estamos muy dolidos", revela uno de los hermanos de Bernardo Fuentes Martínez, al pedir a la prensa mantener la actitud de respeto. A las 13:00 horas, puntual, arriba el párroco de Calcahualco para oficiar la eucaristía.

La ceremonia es la última en que están juntos como familia, eso lo sabe don Bernardo, acompañado de Rosalina, madre de sus 5 hijos, Victoria, Omar, Lucia, Julio y Luis Bernardo, que así, juntos, fueron desenterrados uno a uno la madrugada del jueves.

Las cerca de 50 familias de Xilomichi llegan hasta la capilla, que es insuficiente para albergar a todos los deudos, a los amigos, al pueblo de Calcahualco que siente como suya la pérdida.

"Mi alma espera en el señor", entonan los presentes, mientras el padre externa a los feligreses que Dios, ante el dolor, los llama a acercarse a él para encontrar consuelo. Don Bernardo está destrozado.

A media misa el clima cálido desaparece, el sol se oculta y un aire frío recorre la sierra de Calcahualco. Ataviadas de su inseparable reboso, las madres de familia cargan un ramo de flores.

El "¡Estamos atrapados!", parece retumbar en los recuerdos de don Bernardo, que alcanzó a escuchar el crujido del cerro, anunciando el inminente desastre. Segundos después, estaba sepultado, con vida, junto a toda su familia muerta.

A pie, el cortejo lleva los 6 féretros en procesión hasta el panteón de Calcahualco, más de 4 kilómetros y medio desde la capilla de Xilomichi. A lo largo del camino, decenas de personas se suman a la procesión, enlutada aun más con la música de viento.

El momento más doloroso llega al tenerse que despedir el afligido campesino de toda su familia. Sus demás parientes lo rodean, buscan consolarlo, pero don Bernardo sigue en shock, extraviado. Un capítulo triste para la gente de Calcahualco se cierra, para don Bernardo, la lucha apenas empieza.



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