martes, 14 de junio de 2016

RAFA, EN BUSCA DE UN RIÑON PARA VIVIR

Por: Miguel Olvera Caballero


Huatusco, Ver.- Rafael ama el futbol, que ya no puede practicar, cursa el segundo año de secundaria. A sus 17 años, es un adolescente normal como todos, con la única diferencia que necesita un riñón para vivir.

Pie de foto:
Rafael Macías requiere de un riñón urgentemente 
para vivir. Espera que entre la comunidad 
huatusqueña y más allá, haya alguien dispuesto 
a darle una oportunidad de vivir.
Rafael Macías Tecalco refiere que a los 9 años tuvo complicaciones de salud y para salvarle la vida, su padre, Guadalupe Macías, le donó uno de sus riñones, que le permitieron llevar una vida relativamente normal.

Hoy, Rafael requiere urgentemente de un trasplante, pues el órgano que le fue colocado, ya no funciona. Muchos días los ha pasado internado en el hospital, sin que eso se refleje en su actitud optimista hacia la vida. Quien no sepa los antecedentes, podría imaginar difícilmente que se ha debatido entre la vida y la muerte en más de una ocasión.

Anatolia Tecalco Hernández, madre de Rafael, externa que la paciencia y confianza en Dios han sido fundamentales para no caer en la desesperación, “hemos sentido que se nos cierra el mundo, pero hemos salido adelante”, comenta, en una entrevista concedida en su hogar al Sol de Córdoba.

A Rafael se le comenta que tan solo en Huatusco hay más de 50 mil personas y entre ellas, podría haber alguien dispuesto a donarle un riñón, pero que no lo ha hecho porque desconoce el problema que tiene.

“No deben tenerle miedo a donar, porque le están dando vida a otra persona, vale la pena, desde este momento le estoy agradecido a esa persona que sé que llegará”, confió Rafael Macías. Junto a él, el aparato de diálisis se mantiene silencioso, para que nadie se olvide que sin él, Rafael simplemente no podría sobrevivir.

El joven sí sale a la calle con sus amigos, aunque debe cuidar más de su salud, “mis amigos me esperan, porque voy más despacio”. El joven huatusqueño tiene dos hermanas más y un hermano, quienes se mantienen atentos a cualquier complicación que pudiera tener.

La madre de Rafael lamenta que no exista la cultura de la donación, que falte una mesa de atención y mejores programas, pues “hay mucha gente que muere y sus órganos se van con ellos, pues para que sean donados, tiene que donarlos el familiar, pero por desconocimiento, muchos no quieren hacerlo”, refiere.

Anatolia Tecalco externa que su esposo, que le donó a su hijo uno de sus riñones, tiene una vida normal, aunque con los debidos cuidados en su alimentación, lo que es una prueba de que donar no afecta la vida del donador.

Tanto Rafael, como sus familiares y amigos, incluidos los jóvenes de la Pastoral Juvenil de Cristo Rey, siguen buscando a contra reloj un riñón, pues aunque una joven ya ofreció uno de los suyos, no descartan que los estudios pudieran arrojar que el órgano no es compatible.




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