lunes, 29 de agosto de 2016

LAS COSAS QUE NO ENTIENDO


Por: El Huatusqueño

PODER y no la vocación de servicio es lo que estará en juego el próximo año, 212 alcaldías que buscarán más de 1 mil personas en todo el estado. En la zona de Coscomatepec y Huatusco muchos ya se apuntaron y la lista es larga, es más, pareciera un Deja Vú, pues solo por hacer una anotación, aparecen Jorge García Morales y Martín Espinosa Vásquez, que quieren ser alcaldes de nuevo en Tlacotepec de Mejía; en Coscomatepec, sí, ya lo sabíamos y no es chiste, Serafín González Saavedra ya anda en campaña abierta buscando la oportunidad para ocupar la presidencia y así, rendir pleitesía al dios Baco, de quien fue íntimo amigo durante tres años . En Ixhuatlán del Café Adolfo Rivera Delín amenaza con volver a la contienda, pero ahora ¿Por el Morena?, se rumora que ahora sí viene con todo y ya se está aprendiendo el nombre de las calles y barrios de Ixhuatlán, pues cuando fue alcalde se perdía al recorrer el poblado. Por cierto que en Huatusco Juan Carlos Sirgo, el junior que contrató golpeadores para hacerlo ganar cuando buscó la alcaldía, ya anda haciendo berriche para ver si el PRI le vuelve a regalar la candidatura y si no, afirma que el Morena lo respalda, porque él es izquierdista, pejista, chevarista, un luchador social por excelencia, aunque no sepa ni cuál es su mano izquierda. En Totutla se rumora que Nora Acosta, como buena candidata perdedora, quiere volver a levantar la mano, al igual que José Beristaín, primogénito del hijo pródigo de Totutla, Guillermo Beristaín Rincón, quien no se llevó el palacio municipal cuando fue alcalde, porque no hubo tráiler para transportarlo. Bien cita una obra literaria que “el poder a los inteligentes los marea, pero a los pendejos los enloquece”. Tal frase parece ser una maldición que acompaña a muchos municipios, con algunas excepciones, como fue el caso de Antonio Vargas Croda en Ixhuatlán del Café, que mereció tal respeto del entonces gobernador, Fidel Herrera Beltrán, que visitó su municipio para inaugurar obras (Herrera Beltrán casi rechazaba en automático estar en municipios gobernados por el azul) o tal es el caso de Alpatláhuac, donde el actual presidente municipal sigue donando su salario para la ejecución de obras para las que no alcanza el presupuesto, es decir, desembolsa dinero, no se lo embolsa, como la mayoría. La otra cara de la moneda la dio a conocer en su momento Atanasio Galindo Galindo, ex alcalde de Tenampa, que tuvo la puntada de preguntarle a los capacitadores ¡Del Orfis! Donde tenía que pedir el diezmo, algo así como la charola a las empresas que hicieran obras en su municipio. Tampoco se puede olvidar a Sixto Rosas, ex presidente municipal de Calcahualco, que dijo que era el alcalde sin miedo, tan es así, que lo demostró construyéndose varias mansiones y no tuvo miedo de ser denunciado o que la gente hablara mal de él. De todo lo anterior regresamos al tema central de la columna de este día, el hacerle ver, querido lector, que la decisión que tome en el 2017, marcará durante 4 años el destino de su municipio y que las despensas, láminas, ¿bendiciones y rosarios?, podrían costarle muy caro. Por ahora el destapadero de alcantarilla terminó, hay muchos nombres más que irán surgiendo. Por ahora es todo y nos leemos en unos días.


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