Por: Miguel Olvera Caballero
Tlaltetela, Ver.- En Ohuapan la gente está de fiesta por su nueva clínica. Entre las autoridades de Gobierno del estado y el Ayuntamiento las miradas son tensas. Al final, no llegó el gobernador.
Pie de foto:
En una fiesta convirtió la gente de Ohuapan la inauguración
de la clínica, eclipsando por mucho, a los funcionarios presentes.
|
Fernando Benítez Obeso, titular de la SSA arriba como si se tratara de “una visita de obispo”. La canción de Amigo hace recordar a un papa viajero, más que a un funcionario comprometido con la salud.
A la cita no asiste Miguel Sedas Castro, que hace meses era inseparable de Arturo Navarrete. Fue el amorío más corto, que solo duró hasta que ganó las elecciones el hoy diputado. Navarrete, que soñaba con su curul federal, tuvo que regresar a la SSA.
En segunda fila, el ex director del hospital de Huatusco, Javier Méndez Vivanco, sonríe ante un Fernando Benítez tenso. El funcionario estatal no ha olvidado el reclamo del médico al final de su comparecencia ante diputados locales.
Guadalupe Téllez Morales le asesta un gancho al hígado al titular de la SSA al hacer un reconocimiento público a Méndez Vivanco, que atendió a la gente del municipio en el hospital mientras no tenían clínica, “hacen falta médicos como él, con vocación”, destaca doña Lupe y de manera inconsciente incomoda al secretario, que despidió al directivo.
Guadalupe Téllez Morales, quien agarró el toro por los cuernos, presume contenta el logro que es más de Ohuapan que del gobierno. La fiesta es de la gente, que por mucho, eclipsa el protocolo que intentan imponer los organizadores.
Llega el momento de colocar collares hechos a base de café. Todas las amas de casa buscan a quien colocarle uno, evitando al alcalde, Leopoldo Moreno. Al final, no queda más que obsequiarle uno. A unos días de rendir su segundo informe, la popularidad del alcalde está por los suelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario