Por: Miguel Olvera Caballero
Huatusco, Ver.- Abandonados se encuentran los productores de piloncillo de la zona de Huatusco y a nivel estado por parte del presidente del Consejo Veracruzano del Piloncillo, Jorge Espinosa Jácome, quien dejó de velar por los intereses de sus agremiados y las miles de familias que dependen de este producto.
Pie de foto:
HUATUSCO, Ver.- Abandonado se encuentra
el sector piloncillero de la zona de Huatusco,
cuyo presidente, Jorge Espinosa Jácome, solo
está de adorno.
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El desinterés del encargado del consejo llegó a tal grado, que muchos productores de panela emigraron a otras agrupaciones para buscar los recursos que ya no gestiona la asociación fundada por el entonces gobernador del estado, Fidel Herrera Beltrán y cuyo presidente en ese entonces fue Santiago Marini Zúñiga.
Jorge Espinosa Jácome prácticamente desapareció de Huatusco después del proceso electoral 2013, cuando su hija, que buscaba ser alcaldesa de Tlacotepec de Mejía, fue vencida en las urnas por Gildardo Mendoza Vásquez, del partido Alternativa Veracruzana.
Jorge Espinosa Jácome tomó las riendas del Coverpiloncillo desde el 2008, pero desde entonces, no se ha concretado ningún apoyo para los integrantes de la organización que agrupó en su momento a más de 700 paneleros.
Aunque los estatutos marcaban que la asamblea para renovar la presidencia del Coverpiloncillo debía celebrarse en los seis meses siguientes a la renuncia de Santiago Marini Zúñiga, Jorge Espinosa no cumplió con el reglamento interno y prácticamente “secuestró” la presidencia.
La intención de Jorge Espinosa al encabezar al Consejo Veracruzano del Piloncillo, era usarlo como plataforma política rumbo a su candidatura a la presidencia municipal de Tlacotepec de Mejía, que le fue negada ya en dos ocasiones.
Debido a la apatía de quien fuera síndico de Tlacotepec de Mejía, los campesinos que se dedican a la elaboración de panela atraviesan por una mala racha, pues no hay quien los coordine para mejorar la calidad de su producto, obtener respaldo de la Sedarpa y Sagarpa, así como evitar la adulteración del producto, que mantiene el precio por kilogramo por los suelos.