Por:
El Huatusqueño
TURISMO
nudista puso de moda el gobierno duartista en Xalapa de nueva cuenta, al enviar
al grupo de los 400 Pueblos a agredir a Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador
electo, así como al presidente del PAN, Ricardo Anaya y a Santiago Creel.
Aunque oficialmente tales acciones fueron imprevistas, sorprende no que hayan
lanzado piedras a esos personajes, sino que el gobierno afirme que no tuvo nada
que ver. Quedan muchas dudas (creamos en su argumento), pues si el gobierno no
los financia, ¿porqué Protección Civil les entregó despensas en cajas que todo
mundo capturó en fotos?; ¿Quién financia a ese grupo que solo se manifiesta
contra una sola persona?; ¿Cómo es que el flamante fiscal con los atacantes
enfrente no los detiene, pero sí a inocentes a los que hace culparse de los más
condenables delitos?. La desnudez de adolescentes, jóvenes y hasta personas de
la tercera edad pareciera más una acción desesperada por desviar los
reflectores de los problemas que aquejan al estado y que se centren en personas
desnudas que ya son conocidas prácticamente en todo el estado. De inicio,
quienes asesoraron a “X” persona para que cometiera esos actos vandálicos, no
contaron con que su estrategia sería contraproducente, pues desde Los Pinos, se
envió la orden de no aprobar por parte del tricolor la propuesta ni del fiscal
anti corrupción, un contralor autónomo por 5 años, ni un comisionado del IVAI,
obviamente todos afines al gobernante en turno. En automático, fueron echados
abajo las propuestas de Francisco Portilla Bonilla, Ricardo García Guzmán y
Gabriel Deantes. No es para menos, el “Pacto por México” firmado entre el
gobierno federal con los demás partidos, pudo haber avanzado a la deriva si
quedaba impune políticamente hablando, el ataque a Ricardo Anaya. Quizás la
chamacada de asesores duartistas, como siempre, no contaba con que, agredir a
panistas, implicaba poner en problemas al inquilino de Los Pinos y sus alianzas.
Mientras tanto, que los títeres sigan bailando y enseñando hueso a falta de
carne…DUDAS más que credibilidad es la que genera la Fiscalía General del
estado con los hechos acontecidos desde siempre, pero más en los últimos días. El
desprestigio de una institución es lo peor que puede pasarle a quienes forman
parte de ella o la dirigen. El caso del “Demonio Rojo” sigue provocando fuertes
dolores de cabeza al fiscal general del estado, pues mientras afirma con todo
en contra, que el detenido sí es el asesino de un empleado de Cinepolis,
luchadores y familiares del detenido afirman que no es más que un chivo
expiatorio. De un lado podrían estar quienes confían y defienden a la
desprestigiada fiscalía general del estado, del otro, los veracruzanos que
saben de sobra que aquí, los culpables se fabrican y las confesiones se
obtienen a base de torturas, sino pregúntenle a Arturo Bermúdez Zurita, que en
Huatusco desapareció a más de 20 jóvenes (los elementos de la SSP obedecen
órdenes de su jefe, y su jefe es Bermúdez), además que casi mataron a golpes a
un comandante de la Policía Municipal para intentar arrancarle una confesión
que nunca pudieron obtener. El luchador cordobés se presume corrió la misma
suerte y que a tal grado llegó el profesional trato de los policías
ministeriales, que el detenido ni siquiera se ha defendido de las acusaciones
en su contra. Quizás oficialmente haya un culpable detenido, en los hechos,
toda la zona centro del estado, y el estado mismo, no creen en el montaje
estilo “La Dictadura Perfecta”. Pobre Veracruz. Por ahora es todo, hasta la
próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario