Por: Miguel Olvera Caballero
Coscomatepec, Ver.- En el ataúd
queda la leyenda “Coscomatepec”. El profesor Genaro, cronista del municipio, es
despedido y sepultado en el Centro Cultural. Se le rinde tributo con largos
aplausos.
Nahúm Genaro Solís Heredia fue un
hombre que nunca le vio un defecto a su tierra. Hoy, el historiador y poeta ya
forma parte del patrimonio cultural del municipio, enfatiza Manuel Álvarez
Sánchez, alcalde de Coscomatepec.
En punto de las 12:00 horas
arriba al Centro Cultural el féretro del profesor. En sus esquinas tallado en
madera se aprecia un cuezcomate y el nombre de Coscomatepec. Su ataúd lo corona
una fotografía donde mira sonriente, aun desde el más allá, a quienes lo
acompañan en su despedida. En la memoria quedan sus largas sonrisas prueba de
un espíritu libre.
Alumnos de la primaria Fray
Alonso de Santiago recitaron el poema “El Trenecito”, seguido de unas palabras
de despedida de la maestra Guadalupe Rivera de la Rosa. El alcalde recuerda que
el profesor Genaro fundó la Casa de Cultura. Se leen más de dos semblanzas de
su vida.
Antes de fallecer, el cronista de
Coscomatepec ya sabía que el Centro Cultural llevaría su nombre, en
reconocimiento a su destacada trayectoria. El maestro Genaro ganó el premio al
mejor cronista a nivel nacional y publicó 4 libros.
Álvarez Sánchez aprovecha para
exhortar a la comunidad coscomatepecana a dejar huella, a sentirse orgullosa de
vivir en Coscomatepec, tal como vivió el profesor, poeta, cronista y escritor
coscomatepecano.
Se monta guardia de honor junto
al ataúd del maestro, el intenso sol solo sirve como reflector natural para
iluminar su camino al más allá. Pasadas las 13:30 sellan su tumba, ubicada a los
pies del Centro Cultural, ceremonia que presencian principalmente familiares y
amigos más cercanos. Termina su vida. Inicia su legado.
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