Por:
Miguel Olvera Caballero
Coscomatepec, Ver.- En autobuses en pésimas condiciones mecánicas se desplaza cada
fin de semana un ejército de obreros al Distrito Federal. Exponen su vida. En
algunas ocasiones la pierden. Para los choferes el argumento es simple: “¿qué
querían por $200 pesos?”.
Pie de foto:
Los autobuses “turísticos” que transportan mano de
obra a la capital del país son carrozas de la muerte
en potencia. Hasta los pasajeros lo saben.
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Las unidades de “servicios turísticos”
representan un jugoso negocio para los dueños de los autobuses, que ganan hasta
$30 mil por un solo viaje de ida y vuelta. Este fin de semana, uno de esos
autobuses partió a su destino, pero no regresó.
Padres, hijos, primos, llegan de
Calcahualco, Alpatláhuac, Ixhuatlán del Café, Chocamán, de Coscomatepec
esperando abordar la unidad que los llevara a sus puestos de trabajo. Son albañiles,
fontaneros, herreros, infinidad de oficios más. Los adolescentes que también
van tras un sueldo quedan en la denominación “mil usos”.
Un autobús que retornaba con
trabajadores de Xocotla, Tetelcingo, comunidades de Calcahualco y Alpatláhuac
colisionó contra un camión el sábado. Cuatro pasajeros perdieron la vida. Entre
ellos, padre e hijo que soñaban mejorar su estilo de vida.
Los autobuses de modelo atrasado
no cumplen con las normas que marca la SCT para circular por las autopistas. Su
permiso provisional consiste en pagarle “mochada” a la policía a lo largo del
trayecto. El seguro de vida se limita a daños a terceros, solo lo básico para
poder circular.
Asientos ya desgastados por tanto
uso, televisores que sobrepasan la edad de muchos de los pasajeros, motores que
bufan para poder realizar el recorrido. Balatas que en cualquier momento
podrían no frenar. Un boleto barato de $200 pesos que a veces se paga con un
pasaje al más allá.
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