Coscomatepec,
Ver.- Aunque Alberto Rodríguez Ramos, originario de Coscomatepec, murió en
cumplimiento de su deber al intentar controlar el motín dentro del penal de La Toma,
tanto el gobernador como la SSP prácticamente abandonaron a su familia.
Los
deudos se encuentran molestos. El dolor de haberlo perdido se compara casi con
el enojo contra Gobierno del estado. Mientras el gobernador alardeó que se
apoya a todos los deudos, el respaldo a la familia de Alberto se limitó a un ataúd,
cajas de galletas y café para el sepelio.
Los
deudos conceden una entrevista a Tinta Negra en su hogar. A escasos metros
reposa el cuerpo de Alberto, a quien tuvieron que ponerle un uniforme prestado
de la SSP, aunque el pertenecía al cuerpo de custodios. No dejaron que su
familia lo identificara en persona, solo a través de fotografías.
Belén
Hernández Marañón, esposa de Alberto externa que su esposo cumpliría 45 años
este sábado 7 de abril. Llegó tras una semana de trabajo para descansar y
festejar con su familia su cumpleaños, pero encontró la muerte.
“No
es justo señor que mi esposo haya dado la vida en cumplimiento de su deber y
quieran darme un finiquito, como si él hubiera renunciado, no señor, el murió
haciendo su trabajo y quiero que se lo reconozcan”, enfatiza el ama de casa, el
dolor se percibe en el aire y estruja el corazón. Imposible no sentir enojo por
la situación que enfrentan.
Alberto
Rodríguez dejó tres hijos en la orfandad, a Mística Guadalupe, su hijo Jesús Alberto,
que estudia la universidad y a José Tadeo, de 11 meses y quien está enfermo. También
su madre dependía de él.
Por
trabajar como custodio a Alberto Rodríguez le pagaban poco más de $2 mil pesos
a la quincena, pero eso no impidió que tuviera una excelente hoja de servicios.
Sus hijos con lagrimas en los ojos se dicen orgullosos de su padre. Siempre responsable,
nunca faltaba. Ganó el primer lugar en tiro en la academia de El Lencero.
“Le
dijimos, no vayas, ¿vas a ir a trabajar, pero porque, si estas de descanso?”,
le preguntaron sus familiares. Si Alberto no acudía al llamado para reventar el
motín en La Toma podían castigarlo. Pensó en su familia y se fue.
Los
familiares de Alberto Rodríguez reclaman al gobernador, Miguel Ángel Yunes
Linares y al titular de la SSP que los atiendan como merecen, pues aunque están
en su derecho, todos los funcionarios de gobierno con los que han hablado los
menosprecian, los tratan mal.
Este
martes fue despedido para siempre Alberto, uno de los 6 uniformados que
murieron asfixiados dentro del penal al estallar el motín en el penal de La
Toma. Su familia exige que su sacrificio no sea en vano.
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