Marchan
profesores en Córdoba
Por:
Miguel Olvera Caballero
Córdoba,
Ver.- La justicia ha muerto y por ello, México está de luto. Cientos de
profesores y ciudadanía en general marchan este domingo por toda la ciudad de
Córdoba. Protestan contra el desalojo en el Zócalo del Distrito Federal, por la
represión del gobierno duartista en Plaza Lerdo.
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Pie de foto:
CÓRDOBA, Ver.- Miles de maestros marcharon por la ciudad,
en un ambiente de luto por los desalojos llenos de arbitrariedades
en el DF y Plaza Lerdo, en Xalapa.
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El
ultimátum es simple, si en 24 horas no hay propuestas, los maestros cerrarán
todas las casetas a nivel nacional. Vestidos de negro, cientos de profesores de
todos los niveles toman de nuevo Córdoba.
La
fuerza del silencio impone el ambiente de luto en la ciudad del gobernador del
estado, municipio donde contrario a las versiones oficialistas, el pueblo está
enojado. Un adulto mayor abre la puerta de su casa y alza el puño enérgico en
señal de apoyo, respalda a los manifestantes desde su trinchera.
En
punto de las 10:00 de la mañana, el contingente parte de la explanada del
parque, enfilando sobre la avenida 1. Maestros de la zona centro, así como
padres de familia y alumnos portando su uniforme, de manera espontanea, se
suman a la marcha.
La
vanguardia del grupo da vuelta sobre la calle 10, se incorpora hacia la avenida
3. A escasas cuadras del Palacio Municipal, el músculo magisterial deja en
claro la magnitud del problema que enfrenta el gobierno, una nube negra avanza
hacia el primer cuadro de la ciudad.
“Vendrán
nuevas amenazas, pero ni eso podrá con nosotros, compañeros mantengámonos
firmes en nuestra lucha, no demos ni un paso atrás, sólo así nos haremos
escuchar”, expresan a través del equipo de sonido. Un profesor llora, ante la
impotencia, el coraje de saber que el gobierno que se dice “negociador”, golpea
a sus maestros.
Las
pancartas hablan por sí mismas, breves, “Fuera Peña Nieto”, el pueblo está
enojado. La lluvia no permea los ánimos de los profesores. El desvelo ha
mermado las fuerzas de varios, pero avanzan empujados por su convicción de
tener la razón.
En
los bajos del Palacio Municipal la celebración del Grito de Independencia es
diferente, con un breve performance y después de más de 3 horas de desfile, se
sepulta a la justicia, asesinada vilmente por sus autoridades, por su policía
que debía protegerla de la inseguridad. Al volver a sus refugios, ya húmedos por
las lluvias, los paristas se reagrupan, acuerdan la próxima estrategia, que
seguramente será la toma de casetas. Persiste la indiferencia oficial.
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