Lo
que hay detrás del uniforme
Por:
Miguel Olvera Caballero
Huatusco,
Ver.- Detrás del uniforme se encuentra un hijo, un padre, un hermano. Son
elementos de la Secretaría de Marina Armada de México, van armados porque el
sicario puede atacarlos en cualquier momento. Sus compañeros son sus hermanos
de armas. Él es un marino anónimo, por cuestiones de seguridad.
Con Tinta Negra dialoga con varios elementos de la Semar mientras están en los
retenes, en medio de un operativo o recorriendo municipios como Huatusco y
Coscomatepec. Lo que inicia como crónica, termina en una entrevista colectiva.
"Uno
solo va a disparar cuando tienes el objetivo seguro, no tiene caso desperdiciar
balas si ni siquiera vas a darle, pero el arma solo se usa cuando es necesaria",
explica el marino, que apenas deja echar un vistazo a la compleja capacitación
que reciben, también de su rostro, se aprende a interpretar su estado de ánimo
escuchándolo.
“Los
conductores a veces son altaneros, agresivos, no todos entienden que lo hacemos
por su seguridad”, comenta un marino rodeado por cargadores para su arma de
cargo, se coloca el capuchón para que el reportero pueda tomar sus gráficas.
No
falta el que avienta su vehículo o se muestra agresivo aun con la imponente
presencia de los marinos. Lo que inicia como un "buenas tardes, es una
revisión de la Secretaría de Marina, ¿Puede bajar por favor?" no siempre
termina con un gracias.
Antes
de la entrevista colectiva, se cubre el protocolo normal, “¿para qué diario
escribes?; ¿Cómo supiste que estábamos aquí?; ¿Para qué son las fotos?”. En las
últimas preguntas, al término de las pláticas, una se repite casi siempre
“¿Cómo salí en la foto?”.
EL
MARINO, CARA A CARA CON LA MUERTE
Al
personal de la Semar se le ve en unidades artilladas, cubiertos del rostro para
proteger su identidad y a su vez, proteger a sus familias, fueron lanzados a
luchar una guerra contra un enemigo invisible, que puede salir en cualquier
momento empuñando una Kaláshnikov, mejor conocida como cuerno de chivo.
Se
encuentran en alerta permanente, siempre expuestos, pero su formación les
permite obtener la victoria. “Constantemente estamos en cursos, después de
salir a operativo, te dan unos días de descanso con la familia, claro que se
les extraña”, comenta el marino.
Empuñan
un fusil M16, que se usa desde 1999. Puede usarse en modalidad automático o
semi automático. Su alcance es letal en 550 metros, cada tiro se aprovecha al
máximo. Es su mejor amigo, su herramienta de trabajo.
Hace
cuatro meses perdió dos muchachos en acción que no superaban los 22 años. Su
identidad por cuestiones de seguridad, al igual que los demás “entrevistados”,
no es revelada, ni se cuestiona sobre ella. “¿Porqué nadie publica lo que los
compañeros están viviendo en estos momentos?”, pregunta el entrevistado, la
indiferencia persiste en la sociedad.
El
marino solo confirma la realidad, hay policías que están “del otro lado”.
"Ese chavo se ve que no, pero otros desde la forma en que se paran revelan
que no están bien, que algo esconden, se delatan", explica al reportero
mientras observa tranquilamente lo que ocurre a su alrededor, debajo del casco
táctico y el capuchón se deslizan gotas de sudor. Intercambia unas palabras con
el reportero, pero no baja la guardia.
En
pleno operativo, uno toma una foto a los reporteros justo cuando es captado a
su vez por las cámaras, "¿cuánto por la foto?" se le alcanza a
escuchar mientras la unidad en que va, avanza. Una sonrisa se filtra por debajo
del pasamontañas.
Los
elementos de la Semar son vistos con mayor frecuencia en la zona centro del
estado, siendo quienes más choques han protagonizado contra grupos de la
delincuencia organizada. Las aprehensiones más importantes, corresponden a la
Semar. Es la dependencia federal con mayor confianza entre la ciudadanía.
Aunque
la zona centro de Veracruz ha sido escenario de varios combates en las calles,
de noche o a plena luz del día, no se compara con el nivel de violencia
desatada en el norte del país. Eso no significa que no corran peligro. En cada
operación, están cara a cara con la muerte.
LA
FAMILIA, EL ETERNO SACRIFICIO
"Aguántame
solo unos años más, ya voy a salirme" le dice un elemento de la Semar a su
esposa, a quien no ha visto en mucho tiempo y lo espera en algún punto de
Veracruz. “Ella se desespera, es lógico, hay veces que estas fuera cuatro, seis
meses en operativo, la familia lo resiente”, explica mientras juguetea con su
mano en su arma de cargo.
A
quien le gusta su trabajo, lo seguirá haciendo y de la mejor manera, porque
vale la pena el sacrificio que se hace. La navidad miles de ellos la pasaron
fuera, en los cuarteles provisionales, o en operativo.
¿Se
portaron bien? Pregunta el marino a los dos pequeños que por curiosidad, se acercan
para ver a un soldado no de juguete, sino de carne y hueso. La respuesta es
obvia de los niños "sí", ¿Ya le hicieron su carta a los reyes magos?,
anota, mientras comenta que con sus hijos, la comunicación regularmente es vía
telefónica.
Los
infantes vuelven a asentir mientras estrechan emocionados la mano de uno de los
miles de integrantes de las fuerzas armadas. En su mente, tiene presentes a dos
pequeños que están en casa, su padre está trabajando sirviendo a la patria.
"Contra
la voluntad de Dios nada se puede hacer" comenta un marino mientras revela
un pequeño pero a la vez, importante episodio de su vida. Hace apenas unos
meses murió uno de sus hijos. El silencio se convierte en lo que será lo más
parecido a un pésame. Al irse, sigue firme y se despide, los sentimientos se
deben guardar, el deber es primero.
“De
eso se debería hablar para que la gente conozca y sepa lo que realmente
pasamos, nos juzgan sin saber, de eso debería hablarse, no de bodas tontas y
telenovelas que a nadie le importan”, remata el marino. Deseo cumplido.
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