Por:
Miguel Olvera Caballero
Huatusco,
Ver.- El silencio sepulcral de los asistentes a la marcha por la paz es más
fuerte que el grito más desgarrador. Muchos detienen su marcha para averiguar
de qué se trata. El repudio a la inseguridad es general.
Pie de foto:
Cansados de la inseguridad que impera en la ciudad
y sus alrededores, un grupo de huatusqueños decidió
realizar una marcha silenciosa.
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En
la caminata participan más de 100 personas, que avanzan desde la Alameda
Agustín Chicuellar hasta el parque Ignacio Zaragoza. La lona al frente lo dice
todo, es una marcha pacífica, por la paz, por la dignidad humana.
En
más de uno de los asistentes la expresión es de hartazgo. Las cifras oficiales
y grandes discursos no convencen a quienes encontraron a su familiar ya sin
vida casi dos meses después de su secuestro.
Muchos
de los participantes son familiares de Elías Marini Sampieri, que en carne
propia vivieron los efectos de la inseguridad con la muerte del joven
estudiante, secuestrado y ejecutado hace apenas dos meses.
En
las calles de Huatusco, el domingo rutinario se rompe con la queja del grupo de
huatusqueños. La militancia partidista aquí no tiene cabida. Todos demandan
ponerle un alto a la inseguridad que impera en la zona.
La
mayoría viste de blanco, se caracterizan por el silencio, por el reclamo
silencioso a los tres niveles de gobierno para que hagan algo. Al llegar al
parque Zaragoza los organizadores agradecen el apoyo y anuncian: esto es apenas
el comienzo.
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