domingo, 22 de febrero de 2015

CÓRDOBA, ZONA DE EJECUCIONES


Por: Miguel Olvera Caballero

Córdoba, Ver.- En una zona de ejecuciones se convirtió la ciudad de Córdoba, a pesar del llamado “Blindaje” implementado por Gobierno del estado. En los últimos meses han sido ejecutadas 8 personas en la zona urbana y al menos 6 más fueron baleadas pero salvaron la vida. La última víctima mortal se registró la tarde de este domingo.

En medio de la que es considerada una guerra entre células de diferentes grupos del crimen organizado, que ha dejado infinidad de ejecutados que son arrojados al Río Blanco o son encontrados en caminos vecinales sin vida, la Secretaría de Seguridad Pública está bajo sospecha por la ciudadanía por presuntamente desaparecer y ejecutar a un taxista y de arrojar a un pozo a otro joven en la zona de Orizaba, que logró salvarse y denunció los hechos.

El pasado martes 17 de febrero fue uno de los más sangrientos, cuando fueron baleados dos mecánicos, un profesor y se encontró un ejecutado en Cuichapa, cerca de la ciudad de Córdoba. La mayoría de asesinatos han tenido lugar en el centro de la ciudad y en horas “pico”, sin importar si es afuera de una escuela, un centro comercial o el hospital. Los abatidos suelen ser jóvenes que no superan los 35 años.

El último hecho sangriento se suscitó la tarde de este domingo, cuando un panadero circulaba a bordo de una bicicleta de carreras procedente de Amatlán. Al llegar a la altura del Seguro Social, un sujeto se le emparejó y sin mediar palabra le disparó en la cabeza. La persona murió en el lugar.

Oficiales que realizaban un recorrido de vigilancia derivado del operativo Blindaje Córdoba sobre el camino Córdoba-Amatlán, al escuchar las detonaciones se apresuraron para llegar al lugar de donde provino el sonido de los disparos.

En su trayecto los policías estatales identificaron a un sujeto que vestía camiseta tipo polo de color azul,  pantalón de mezclilla y zapatos negros, el cual transitaba con prisa y actitud evasiva hacia la autopista Veracruz-Puebla.

Por ello, los uniformados le marcaron el alto procediendo a realizarle una revisión corporal, encontrando entre sus ropas a la altura de la cintura, un arma de fuego marca Jennings Firearms, modelo Bryco 59, calibre 9 milímetros y un cargador abastecido con 3 cartuchos útiles.

Apenas la media noche del sábado, un joven fue baleado afuera del antro Camarroninas que se encuentra sobre el bulevar Córdoba-Fortín. La víctima hablaba por teléfono cuando un solitario sicario le disparó en la cabeza, quedando la bala alojada en el cráneo. La misma tarde del sábado, un joven fue encontrado sin vida a un costado de la carretera a Amatlán de Los Reyes con evidentes huellas de tortura y un balazo en la cabeza.

El miércoles fueron baleados dos mecánicos y un profesor. A esta agresión le antecedió el asesinato de un joven afuera del Centro Comercial La Garza, donde también fue ultimado el sobrino de Antonio Luna cuando iba a dejar a sus hijos a la escuela.

Dos personas más fueron abatidas en el Mercado Revolución o a escasos metros de ese lugar.  Un joven más murió dentro de un auto lavado ubicado sobre la avenida 11. Otra ejecución se suscitó afuera de la Cruz Roja de Córdoba. Inclusive, un “franelero” fue baleado a una cuadra del Palacio Municipal. En la estadística no se incluyen los cuerpos encontrados en el Río Blanco.

El clamor generalizado de los cordobeses y pobladores de municipios aledaños es una mayor seguridad, pues a pesar de las constantes promesas de más y mejores policías, los asesinatos no paran.

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