Por:
Miguel Olvera Caballero
La
Región, Ver.- Con armas obsoletas, sin equipo y patrullas que agonizan en el
taller mecánico operan las policías municipales de la zona de las Altas
Montañas, así reciben las comandancias a la “Región Segura de Huatusco”.
La
policía Municipal cuenta con mala reputación, sus elementos constantemente son
culpados de detener personas “inocentes”, que al salir, arremeten contra los
guardianes del orden. La borrachera de la noche anterior, la golpiza a la
pareja, daños a terceros, no importan, las “blancas palomas” se quejan.
En
municipios como Tenampa, Zentla y Tlaltetela, muchas patrullas se han
convertido en basurero. En Coscomatepec, la anterior administración municipal dejó
al abandono varias unidades oficiales que se deterioran con cada día que pasa.
Apenas
hace unos días se reunieron mandos de la Secretaría de Seguridad Pública, Semar
y Sedena con los alcaldes de la región. La SSP ofreció todo su apoyo para
profesionalizar y depurar a las policías. La renovación de armamento fue
relegada de la agenda de trabajo.
LAS CARENCIAS DE LA POLICÍA
El
policía municipal del corredor Coscomatepec-Huatusco sobrevive con $3 mil pesos
en promedio a la quincena. Muchos viven en otros municipios y tienen que
transbordar. Cada peso se gasta cuidadosamente. La economía familiar es
constantemente un problema.
El
policía se acerca al reportero. Le muestra una de sus botas ya rota, con la que
trabaja mientras llueve. La humedad que se cuela por los pies casi se siente en
piel ajena. Adquirir botas nuevas implica gastar $500 pesos o más, un lujo que
el policía no puede darse.
Dentro
de la comandancia, los uniformados se dan un respiro y descansan en los
camastros ya inservibles. Las cobijas son una burla para el frío, que se cuela
sin importar con cuantas se cubran. Los uniformes alguna vez negros y ya grises
de tanto uso se niegan a ser reemplazados.
Al
ser los municipios más grandes, Coscomatepec y Huatusco cuentan con un cuerpo
policiaco más grande, aunque no supera los 35 uniformados. El Policía de
Coscomatepec es el mejor pagado, gana en promedio $4 mil 100.
Ninguna
corporación en la zona de las Altas Montañas cuenta con seguro de vida para sus
elementos, que son la primera línea contra la delincuencia, sin importar si se
trata de ladrones de ropa de mujer o sicarios del crimen organizado fuertemente
armados.
Los
beneficios económicos para el gendarme y su familia son prioritarios para hacer
su trabajo, pero lo que ofrece la Secretaría de Seguridad Pública es la depuración
de las corporaciones para que sean “acreditables”. No importar si se desecha la
experiencia y buena reputación, se eligen inexpertos policías y se despide a
los otros.
LA RÚSTICA POLICÍA EN LA REGIÓN
Con
unas pinzas, el comandante intenta destrabar la bala atorada en el rifle R-15.
“Si fuera un enfrentamiento, ya no la estaríamos contado”, revela con una
sonrisa de alarma. El riesgo para los preventivos es alto.
Es
en la ceremonia de un policía caído en Ixhuatlán del Café que se hacen varias
detonaciones al aire en su honor. El rifle no soporta el tercer disparo y se
traba. A más de 4 años, la Policía Municipal sigue utilizando el mismo
armamento.
En
la reunión de seguridad se congregan marinos, soldados, personal de la SSP,
todos fuertemente armados y equipados, cuya presencia sorprende a la ciudadanía
por su capacidad de fuego. Al concluir, en las comandancias quedan las escasas
armas, el mal equipo, los vehículos que ya dieron lo mejor de sí.
Alpatláhuac
es uno de los municipios con más carencias, al contar solo con 4 rifles R-15
para 10 elementos. Los policías no cuentan con equipo táctico, pero se
esfuerzan por hacer su trabajo. Al segundo comandante le costó dos dedos hace
poco.
En
Calcahualco, el primer comandante y algunos de sus elementos tienen equipo
táctico, pero lo adquirieron con recursos propios y emigra con ellos al
abandonar la comandancia. En Coscomatepec, un grupo especial se mantiene activo
con los cerca de 15 kilogramos de peso del equipo, solo Huatusco se le pone a
la par.
Sochiapa
cuenta con 10 elementos, aunque las 6 escopetas y 7 revolver sirven solo para
alardear, pues los preventivos saben del riesgo que implica accionar un arma en
mal estado. La mayoría de corporaciones tienen el mismo problema.
Un
chaleco antibalas decente y un casco balístico son un lujo para un policía. Una
placa de metal es atravesado fácilmente por una bala de fusil de asalto AK-47,
para soportar un disparo se requieren dos al frente y dos en la espalda, que en
la región implica dejar sin protección a un policía.
El
uniformado mantiene una mala reputación aunque sigue trabajando por convicción,
afrontando los contratiempos con su ingenio. La esperanza de mejor armamento y
condiciones para laborar sobreviven débilmente.
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