Por: Miguel Olvera Caballero
Coscomatepec, Ver.- Los gritos no cesan por todas
partes pidiendo picos, apurando a los rescatistas. En medio del rescate, el
cerro vuelve a crujir como reclamando más vidas “¿truena el cerro, quítense!”.
Pie de foto:
Luto se respira en Tetelcingo, provocado de la muerte de
dos jóvenes sepultados por un derrumbe en el arenal del lugar.
|
El día soleado se torna gris para la comunidad de
Tetelcingo. En medio de la grava y arena se forman cadenas humanas retirando
piedras, abasteciendo de agua a quienes luchan contra reloj.
El llanto en los ojos augura lo peor. Se puede
adivinar quienes son los parientes de los jóvenes sepultados. Las
retroexcavadoras rugen en medio del silencio quitando más y más tierra.
Es apenas medio día y el cerro ya ha cobrado dos
vidas, aunque los rescatistas lo último que pierden es la esperanza de
encontrar a alguno con vida. Nada de fotos alegan algunos pobladores, que
obligan a los medios a mantenerse a distancia.
Cerca de las 13:00 y a punto de rescatar a Marcos
cruje nuevamente el cerro. Son segundos de temor de los bomberos, del personal
de Protección Civil, que de inmediato recobran el temple y siguen con su labor,
exponiendo su vida.
El padre de Marcos se abalanza sobre el cuerpo. La
impresión hace que se desmaye. Los gritos desgarradores de madre y hermanas
obliga a todos a callar, la piel se enchina al escuchar el llanto.
Los familiares acceden a que las autoridades tengan
acceso a los cuerpos de los finados. Cigarro en mano, muchos brigadistas ya
solo observan a la distancia para recibir a Juan, a quien casi simultáneamente,
despiden por última vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario