Por: Miguel Olvera
Caballero
Coscomatepec,
Ver.- En Coscomatepec la carne que se comercializa no es de calidad. Se estima
que hasta un 80 por ciento de los productores utilizan clenbuterol para
aumentar la musculatura de los animales. El único problema es que esa sustancia
está prohibida.
El
sistema de producción y comercialización de carne contaminada, al igual que el
robo de ganado, se ha convertido en una mafia, al grado que ni los líderes
ganaderos ni médicos veterinarios quieren abordar el tema, se afectan intereses
y se pone en riesgo la integridad física de quien denuncie.
En
Coscomatepec se estima que existen hasta 300 productores de ganado bovino, de
los cuales, alrededor de 80 se dedican a la engorda de ganado. La mayoría se presume
que utiliza clenbuterol en el proceso de engorda. “¿Clenbuterol?, no, mejor
hablemos de otro tema” externa un líder ganadero. Es mejor no poner el dedo en
la llaga.
En
Coscomatepec hace algunos años se registró la muerte de un menor, que se logró
confirmar, fue causada por el consumo de carne de res que contenía clenbuterol.
El dueño de esa carnicería enfrentó una denuncia. Al paso del tiempo, bastó
desaparecer a “La Huasteca” y todo se olvidó.
La
información asentada en el presente trabajo es de todos conocida, productores,
líderes ganaderos, autoridades del sector salud. Las fuentes prefieren no ser
citadas por las repercusiones hacia su persona.
Decir que el producto que se vende en las carnicerías (aun con la venia
de las autoridades del sector salud) no es saludable molesta al productor
ganadero, al carnicero. Inclusive a uno que otro cliente.
EL
CLENBUTEROL PROHIBIDO
Todos
los productores ganaderos de Coscomatepec lo saben: el uso excesivo del
clenbuterol repercute tanto en el bienestar del animal como en la salud
pública. El consumidor queda expuesto a padecer una intoxicación en el mejor de
los casos.
El
clenbuterol se utiliza para estimular la ganancia de peso y lograr un crecimiento
rápido del animal. Sus “beneficios” son que mejoran la masa muscular, reducen
la cantidad de grasa.
Hasta
ese punto, en teoría no hay problema, el animal se ve musculoso, presentable,
gallardo. Al sacrificarlo y mostrar su carne en las carnicerías, se presenta un
producto atractivo, pura carne, nada de nervios.
De
acuerdo a especificaciones de médicos veterinarios, para que la carne no sea
considerada veneno para el ser humano, se debe aplicar un gramo de clenbuterol
por tonelada de alimento. En los hechos, se suministran hasta 4 gramos.
Detectar
la carne con clenbuterol para las autoridades del sector salud no es fácil si
se toma en cuenta que en toda la zona de las Altas Montañas no existe un rastro
Tipo Inspección Federal (TIF). Como respuesta, proliferan los mataderos clandestinos. En Coscomatepec se estima que existen 38
rastros clandestinos. La garantía al consumidor de que la carne es de calidad,
no existe.
EL
CLENBUTEROL, LA “SALECITA” DE COSCOMATEPEC
“¿Lo
engordaste con “salecita?”: es una pregunta obligada al negociar el precio de
una cabeza de ganado. Quien se haya visto tentado a usar clenbuterol
inevitablemente le pagarán un mejor precio por su animal.
Las
razones para los tablajeros son simples. La carne de un animal a quien se le
dio esa sustancia será rosada, más “esponjosa”, más apetitosa para el cliente.
La carne de una res alimentada solo con pasto es más pálida.
La
venta de carne contaminada con clenbuterol no se quedó en Coscomatepec, llegó
hasta Huatusco, donde el problema se descubrió a inicios del 2014. El
Ayuntamiento prohibió el ingreso de carne procedente de otras localidades, por
no cumplir con las normas de sanidad.
El
consumidor podría descubrir si compró carne contaminada siguiendo algunas
pistas sencillas: la carne sana no es rosada, tiene una apariencia un poco
pálida. Al cocinarla, “suelta” líquidos, se contrae más rápido.
El
alcalde, Manuel Álvarez Sánchez ya había denunciado que al no existir un
rastro, "no hay higiene, son condiciones de insalubridad, se les inyectan
sustancias prohibidas a los animales con tal que engorden rápido". El
sueño de un rastro tipo TIF está presente, aunque los productores no están tan
entusiasmados con la idea.
El
clenbuterol llegó para quedarse. Es el secreto a voces mejor guardado de
Coscomatepec. Es como una barita mágica para los productores inquietos por
tener mejor ganado en el menor tiempo posible. Aun a costa de la salud de sus
clientes.
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