jueves, 30 de mayo de 2019

ENCUBRE CONTRALOR DE ORIZABA RED DE TRÁFICO DE INFLUENCIAS

Se niega a investigar denuncias sobre empresas beneficiados por el Ayuntamiento

Orizaba, Ver. - Al poner de pretexto que debe recibirlas por escrito y en su buzón, el contralor municipal José Manuel Barquet Agís, negó que vaya a investigar las denuncias realizadas en redes sociales por privilegiar a hoteles con gastos de hospedaje para participantes de la Feria Iberoamericana del Libro (FILO).

Calificó las quejas de chisme y hechas por gente resentida, por lo que pidió que las lleven directamente a las dependencias. 

“Les pido que sea de forma nominal, es decir, con su nombre o que acudan a mi oficina ahí podrán levantar las quejas que quieran”, declaró a un medio local al ignorar el llamado caso “Hotel Gate”, a través del cual el turismo se aprovecha para unos cuantos. 

Como esa denuncia de hoteleros que circuló en medios estatales, hay otras sobre abuso de autoridad, presuntos fraudes y uso de los cargos públicos para beneficiar intereses personales. 

Sin embargo, Barquet a ninguna le da seguimiento para no tocar intereses en los que está involucrado, como aquel fraude que fue descubierto en la reventa de boletos del teleférico, el cual se realizó durante un año mientras se desempeñaba como Director Administrativo. 

Sobre su permanencia de 10 años viviendo del presupuesto municipal, dijo que conoce “perfectamente el sistema” y su trabajo, y “en mi caso sé cómo funcionan todas las áreas del ayuntamiento”.

Esto evidencia que al saber la operación del “sistema” y estar coludido durante años con varios funcionarios, hoy como Contralor le toca cubrir sus espaldas y no investigar, como le ordena la Ley, las graves faltas que cometen y que pudieran ser constitutivas de delitos. 

Como presume de conocer todo  el entramado municipal, Barquet desestima que el tráfico de influencias es un delito tipificado en el Código Penal Federal que se castiga con prisión de dos a seis años. 

Pero eso de tener padrinos y creerse dueño del cargo público, después de más de 10 años de cobrar en el Palacio municipal, nubla la mente de los funcionarios.

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