El problema de la Reforma Laboral en lo
que respecta a la contratación y despido tiene un único problema de acuerdo a
la forma en cómo está, que aunque es noble (según él, aunque siendo político no
le creo ni creí nunca) por parte del ya moribundo presidente de la República,
al final la contratación temporal no promueve el empleo de nuevos
profesionistas y capacitación de la fuerza laboral activa, pues es bien sabido
por todos que nadie paga por capacitar empleados que quizás al mes o dos meses
despedirá. La modificación lo único que permite es contratar por un breve lapso
de tiempo al empleado y por ende, permite que el patrón no tenga que pagar una
liquidación por antigüedad. El obrero promedio, háblese de un cargador,
empleado de maquila, barrendero, etcétera, no necesita capacitarse y se puedes
prescindir de sus servicios al minuto siguiente. La máxima patronal sigue
siendo la misma, si no te gusta el trabajo y salario, hay muchos más formados
que sí quieren aunque sea una miseria de salario.
Sobre los $7 pesos que se pretenden
fijar por hora, es por demás decir que lacera aun más la débil economía del
trabajador y lo fuerza prácticamente a convertirse en esclavo de su trabajo
para apenas sobrevivir. Si por día se pagaban alrededor de $48 pesos
equivalentes a 8 horas de trabajo, la realidad no mejorará con $7 por hora,
pues aunque las cuentas reflejan en teoría que se ganarán ahora $56 por jornada
laboral, se habla de un máximo de $7 por hora, pero no se especifica que
ocurrirá con quienes ganan dos o tres salarios mínimos al día. El modelo de la
paga de sueldo por hora se tomó de la legislación norteamericana, con la única
diferencia que allá se paga la hora en dólares y aquí en pesos y centavos
mientras los productos de la canasta básica van al alza continuamente, ni que
decir de los combustibles.
Lo que se pinta como una reforma laboral
a favor del mexicano termina por beneficiar una vez más al sector empresarial y
patronal. No se necesita ser experto en economía para concluir que se negoció
muy bien su aprobación disfrazada de mejoras salariales y contractuales para
reducir la fuerza de organización de los trabajadores. Se sacrifican los
números “macro” que deberá afrontar el ciudadano “mini” para mantener a flote
un barco que se está hundiendo.
Seguramente y es lo que se está viendo,
los nuevos diputados federales tanto del PRI como del PAN la aprobarán
respondiendo a los intereses meramente del partido al que pertenecen y no a los
de quienes votaron por ellos, a quienes vendieron la idea de que defenderían a
capa y espada su economía, la educación de sus hijos, progreso de las
comunidades y municipios donde habitan.
¿A quién le han explicado nuestros
flamantes legisladores en qué consiste realmente la nueva reforma? Hasta ahora
nadie ha salido a explicar los pros y contras en español, todo se maneja en el
lenguaje meramente político al que todos dicen que entienden solo para no
quedar como ignorantes sobre el tema que en realidad no comprendemos nada pero
sí sabemos cuáles son las consecuencias.
Al final hay que felicitar a quienes
recibieron una despensota, billete de $500 o simplemente una playera y se
tragaron la idealización de un México mejor, seguramente a ellos y nosotros nos
alcanzará el salario de $7 la hora para “vivir mejor” e ir para “adelante”
durante los próximos seis años y tiempo extra que se autorice al partido de
nuevo en el gobierno.
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