Por: Miguel Olvera Caballero
Huatusco, Ver.- En un jugoso negocio convirtió el delegado de Tránsito de Huatusco, Raúl Cervera Terán, los accidentes que se suscitan en la zona, donde sin ser necesario, se recurre al servicio de grúas. La tarde del jueves le tocó a un empleado de la Sedesol ser víctima del burocratismo y abusos que se cometen en la dependencia desde hace varios meses.
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Pie de foto:
HUATUSCO, Ver.- Continúan las quejas contra la Delegación
de Tránsito de Huatusco y su titular, Raúl Cervera Terán,
que ahora saca provecho hasta de incidentes menores
para beneficiar a un dueño de grúas en la ciudad.
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En total, el responsable de un choque por alcance con daños mínimos tuvo que desembolsar más de $2 mil por una noche en el corralón y el arrastre de un vehículo que podía circular sin ningún problema. Se presume que es por un convenio entre el actual delegado de Tránsito y Grúas Olazo, que hasta por la más mínima falta se recurre a una grúa, cuyos servicios son carísimos.
El percance se registró la tarde del jueves cuando Carlos Omar Melchor Hernández, de 21 años, conducía una camioneta Ford Lobo, propiedad de la Sedesol, sobre la avenida 1, pero al cambiar el semáforo, colisionó por alcance con un Tsuru, que manejaba Consuelo Crivelli, quien iba acompañada de dos menores. En ese momento, ambas partes llegaron a un convenio para el pago de los daños, que fueron estimados en menos de $2 mil.
Minutos después llegó al lugar el perito de Tránsito, quien intentó por todos los medios que las unidades fueran remolcadas con una grúa para poder recibir su "comisión". Como raras veces ocurre, en el lugar también hizo acto de presencia el delegado, que ofreció "sus servicios" para que el caso no pasara a mayores, aun cuando los involucrados ya tenían un arreglo verbal.
Al ver que ninguna de las dos partes accedía a colaborar con ellos, las autoridades viales optaron por ordenar que se trasladaran a las oficinas de la Delegación, donde el delegado le aplico la clásica "cansadora" al conductor y empleado de la Sedesol, a quien retuvo hasta las 3:30 de la madrugada, pero no sin antes ordenar que la unidad oficial fuera remolcada con una grúa al corralón.
El afectado y su padre, entrevistados por El Sol de Córdoba revelaron que aunque en esta ocasión ni el delegado ni el perito de Tránsito pidieron dinero de manera abierta como en otras ocasiones, sí lo hicieron sutilmente en un inicio y después de forma amenazadora.
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