Pederasta está confeso
Por: Miguel Olvera Caballero
Coscomatepec, Ver.- “Estúpido, idiota”, se reprocha el pederasta confeso. En el barrio de San José Tozongo, la reconstrucción de hechos inicia. La menor de 7 años atacada por el depravado sujeto, es trasladada a Veracruz. Su estado de salud es grave.
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Pie de foto:
La reconstrucción de hechos de la violación que cometió
un campesino en agravio de una menor de 7 años, realizó
la agencia del Ministerio Público especializada.
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En punto de las 14:00 horas Eduardo Romero del Pilar es sacado de un vehículo y escoltado por agentes de la Policía Ministerial. “No intentes nada”, le sugiere uno de los agentes investigadores.
María Isabel Cruz Aldama, titular de la Agencia Especializada en Delitos contra la Familia, la Libertad Sexual, la Familia y el Indígena, encabeza la reconstrucción, que realiza Faride Chávez Galán, del área de Periciales.
Desde el inicio el violador se contradice. Frente a la capilla de Tozongo, el sujeto afirma que se dirigía a su casa, pero después reconoce que salió de ahí supuestamente para distraerse, tras sostener una pelea con su esposa.
Uniformados de Orizaba, que apoyan para resguardar el área se mantienen alertas, mientras el sujeto que atacó a su propia prima, “dirige” y describe paso a paso como ocurrieron los hechos.
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Pie de foto:
El sujeto alegó que no recordaba nada, pero al llegar
al lugar donde consumó su fechoría, rompió en llanto.
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“Venía por el registro del drenaje y la vi, ella entró en una vereda”, externa Eduardo Romero, quien la noche del miércoles, aprovechando lo solitario del lugar, persiguió a la infante hasta llevarla al fondo de unos chayotales, donde abusó de ella.
El violador afirma “me puse loco, no sé lo que paso, no me acuerdo”, pero continúa relatando lo que hizo y el camino que siguió hasta consumar la violación. “Ella se cayó, bueno, le pegue un tirón y se cayó”, agrega el sujeto, quien al descubrir la gravedad de sus actos, comienza a llorar. Nadie de los presentes le compra sus lágrimas.
Cerca de las 14:20 horas, concluye la reconstrucción de hechos, al relatar el campesino la ruta que utilizó para huir. Sobre el camino, su madre y su esposa piden unos minutos para hablar con él, bajo la supervisión de las autoridades.
La madre le suplica que diga la verdad, que se declare inocente, sin percatarse que dé durante la última hora, su hijo ha reconocido y descrito como consumó la violación de una menor de edad, que debido a las lesiones que le provocó su verdugo, tuvo que ser trasladada al puerto de Veracruz.
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