Una
forma más de vivir el Día de Muertos
Por.
Miguel Olvera Caballero
Alpatláhuac,
Ver.- Las calles se llenan de tigres, payasos, demonios, mujeres vestidas de
manera estrafalaria, parcas que recorren casa por casa pidiendo una ofrenda. Es
la fiesta del Día de Muertos en Alpatláhuac. Es la fiesta de las Mojigangas.
En
punto de las 8:00 de la noche del 31 de octubre, los danzantes salen a las
calles acompañados de música. En las calles, la gente ya está preparada para
recibirlos y mofarse de la muerte vistiéndose como ella, ridiculizándola, como
cada año.
Pie de foto:
La mojiganga, fiesta que se celebra en el marco
del Día de Muertos en Alpatláhuac.
|
Eric
Hernández Valerio, el coordinador general de las mojigangas en Alpatláhuac,
destaca que esta celebración la retomó un grupo de jóvenes con el único objetivo
de rescatar sus tradiciones, como es el Día de Muertos.
Jóvenes
desinhibidos se disfrazan de muertes, graseros y mujeres, avanzan danzando al
ritmo de cumbia, provocando la risa y carcajadas de chicos, de adultos, que los
premian regalándoles una ofrenda. Muchos más son sacados a bailar por
despampanantes jóvenes de cabellos verdes y enormes gafas o botargas.
En
otras partes del país, las mojigangas consisten en enormes figuras elaboradas
con carrizo, telas o papel, que son llevados por las calles, convirtiendo los
poblados en verdaderos carnavales. En Alpatláhuac, van más allá, cobran vida,
encarnadas por jóvenes de esta localidad.
Eric
Hernández Valerio refiere que La Mojiganga se celebra en Alpatláhuac desde hace
más de 50 años, “en el pueblo ya se estaba perdiendo esa tradición, no tiene
mucho que la rescatamos”, puntualiza el entrevistado.
La
mojiganga tiene la ventaja de ser versátil, “unos años llevamos música de
viento, al siguiente elegimos jaraneros o música disco, en esta ocasión nos
acompañó un grupo tropical”, explica el Hernández Valerio.
Pie de foto:
Personajes de todo tipo salen a las calles la noche del 31
de octubre y 1 de noviembre. El objetivo, esconderse y
burlarse de la muerte al disfrazarse de otras personas.
|
En
punto de las 20:00 horas el contingente de más de 50 personajes de lo más
diverso inicia su recorrido, que se prolonga hasta bien entrada la madrugada.
El frío solo hace cosquillas a quienes se burlan de la muerte disfrazándose de
otra persona para no ser reconocidos.
“La
mojiganga es un espectáculo en la que se mezcla el entremés, la danza, y la
música. Proviene de la boxiganga del siglo XVII, de elementos de la cultura
popular autóctona y del teatro medieval. Tanto los cronistas, como el Padre
Bartolomé de las Casas se referían a la mojiganga como el teatro misionero cuyo
fin es la de evangelización”, puntualiza el entrevistado.
En
Alpatláhuac, tiene 10 años que se retomó la fiesta de La Mojiganga, durante el
Día de Muertos, que ha comenzado a posicionarse nuevamente como una tradición
en este municipio.
En
la organización participan decenas de jóvenes, que atienden cuestiones de
logística que van desde el maquillaje, hasta el recorrido, el pago de los músicos,
la misma difusión de esta tradición.
EL
ORIGEN DE LAS MOJIGANGAS
Las
mojigangas datan de la época de la colonia, cuando los evangelizadores
introdujeron varias tradiciones que se reprodujeron paulatinamente en todo el
estado, a nivel nacional. Alpatláhuac es uno de los sitios donde la fiesta de
Todos Santos es el marco ideal para realizar esta fiesta, que tuvo su origen en
Pamplona, España, durante las fiestas de San Fermín.
Pie de foto:
Parte de las mojigangas consiste en recoger ofrendas
casa por casa.
|
Los
evangelizadores llevaron la fiesta de a Tlazintla, Veracruz. “La Mojiganga” es
una burla a los demonios legendarios del siglo XIX, como la llorona, el diablo
y la cochina que arrastraba cadenas, la única forma de mofarse de ellos, era
vestirse como ellos, y ridiculizarlos.
La
burla consistía en elaborar muñecos que representaban a los demonios, el uso de
máscaras con el rostro de éstos y pasear por las calles espantándose de formas
chuscas y divertidas.
“La
Mojiganga” se asentó en Otatitlán, Veracruz, y de ahí se extendió a Alvarado,
Tlacotalpan, Saltabarranca y la zona de los Tuxtlas, logrando niveles de
excelencia en Saltabarranca.
La
canción tradicional que se adoptó en Saltabarranca para bailar “La Mojiganga”
fue la “Danza de la Tuza”, que se usaba desde el siglo XIX en peregrinaciones
de Centroamérica hacia Otatitlán, para celebrar el 3 de mayo al Cristo Negro de
ese lugar.
En
Huatusco, en Coscomatepec, en las escuelas mismas, el paso de las catrinas
ahora es una tradición totalmente viva, el Xantolo gana espacio día con día,
pero en Alpatláhuac, la fiesta del Día de Muertos tiene su toque propio, las
mojigangas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario