José Luis Jiménez
Zaragoza
Tezonapa, Ver.-Tocar intereses, “destapar” cloacas o hablar de temas
vinculados a la corrupción o de compadrazgos entre autoridad y delincuencia,
vulnera a comunicólogos dentro y fuera del estado.
Al final del día a ninguna autoridad le conviene esclarecer los
crímenes de periodistas o tratan de desvirtuar las investigaciones para
demostrar que el reportero no murió por el quehacer periodístico, sino ajeno a
ello.
El enojo y malestar de los autores intelectuales es cubierto por la
propia autoridad. Nunca se sabe de ellos, sólo en algunos casos, de los autores
materiales, de los sicarios que son enviados a “callar” a los reporteros porque
afectó intereses del patrón. Ellos son quienes, en caso de ser detenidos,
llegan a prisión o en su mayoría, los expedientes, quedan archivados,
simplemente porque a nadie le interesó resolverlos.
Armando Saldaña Morales, de 52 años de edad, reportero de la Ke Buena
de Tierra Blanca, y radicado en Laguna Chica, fue ejecutado y su cuerpo
abandonado cerca de un río entre las comunidades de Morelos y Rancho Tablas, en
la zona limítrofe de Veracruz y Oaxaca.
El móvil, nadie lo conoce y desde el mismo lunes las autoridades
guardan mutismo. Para algunos, tocó temas
relacionados con “chupaductos”, para
otros afectó intereses de un patrón, del que no se sabe nombre o
prefieren no decirlo porque se oculta al
amparo de la corrupción.
Para la familia y amigos, Armando Saldaña nunca tocó temas policiacos,
menos aún habló de “chupaductos”, porque su especialidad y su pasión eran temas
políticos y la narración deportiva. No había un objetivo clave, simplemente lo
sacaron del camino.
A todas luces, se demuestra que ninguna autoridad, ni la de Veracruz o
Oaxaca, tienen el interés de que el caso sea esclarecido, porque de hacerlo,
saldrían a la luz pública, el motivo que derivaron en la ejecución y de ahí,
sacar a relucir, nombre o nombres de quienes ordenaron, “callarlo” y por qué.
Mientras la Procuraduría General de Justicia de Oaxaca trata de
minimizar el caso y descartar que Armando Saldaña fue ejecutado a balazos, la
propia familia lo contradice porque ellos, tienen fotografías y las evidencias
de cómo recibieron el cuerpo y las condiciones en que se encontraba.
Si bien es cierto que debe existir secrecía en el caso, por tratarse de
un asunto de alto impacto. Las autoridades, ocultan la información a la propia
familia y más aún, ni siquiera ha entregado el certificado de autopsia que
confirmara la causa de muerte. Ahora porque tienen muchas dudas en su trabajo,
tienen que perfeccionar un documento que tuvieron que haber entregado a más
tardar el martes pasado.
SU DELITO, SER REPORTERO.
El llamado “Cuarto Poder” como se le conoce a los periodistas,
prácticamente, es vulnerable, por el maridaje delincuencia- gobierno.
El principal delito de Armando Saldaña es haber sido reportero, que aunque no hablaba
temas de policiaca, “destapaba”
corrupción en asuntos políticos, tocaba callos de gente pudiente, adinera o
caciques que siempre han existido en la región.
A los famosos “intocables” les molesta cuando alguien se sale del
camino y no pueden controlarlos, porque eso pone al descubierto corruptelas de
las que viven y han obtenido su poderío.
Grupos especiales, Secretaría de Marina Armada de México, Defensa
Nacional (Sedena) y grupos especiales de la Policía de Alto Impacto, han
llegado a territorio oaxaqueño, colindante con Veracruz para resolver el
asesinato, y terminar con los grupos de poder que se han adueñado de la región
.
El tema del periodista, redobló más el trabajo de investigación, no por
qué sea su principal interés, sino porque tienen encima la presión de Organismos no Gubernamentales,
de grupos de periodistas a nivel nacional que exigen justicia y de dependencias
federales que, por las presiones de comunicadores, tuvieron que actuar, despertar del sueño, en el que se encuentran
desde hace muchos años.
FAMILIARES EXIGEN JUSTICIA EN CASO SALDAÑA.
Ante nula respuesta de los gobiernos de Veracruz y Oaxaca para esclarecer
el crimen de Armando Saldaña Morales, familiares exigen justicia y que las
dependencias, encargadas de protección a periodistas hagan su trabajo y no
abandonen a los comunicadores que se encuentran en peligro.
En una protesta hecha en Xalapa, familiares exclamaron en pancartas
“¿dónde está el señor Gobernador? Pedimos que se haga justicia. Tenemos miedo,
tenemos dolor, tenemos mucha rabia”, dijo María Isabel Jasso Aguilar, esposa de
Saldaña.
Las autoridades pretendían “apagar” el fuego, evitar que acrecentara y
no pasara a mayores, lo que molestó a la familia quien insistió “Tuvimos que
venir hasta acá (Xalapa) manifestarnos y exigir que intervinieran, ustedes no
se acercaron para nada, mi papá era veracruzano, ni siquiera una llamadita,
para que ver que asesoría jurídica necesitábamos. Una llamada, total, a ustedes
no les iba a costar”.
SILENCIAN A COMUNICADORES
Octavio Rojas. Ejecutado.
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De septiembre del 2014 a mayo
del 2015, Octavio Rojas, un colaborador de un diario de Córdoba y encargado de
comunicación social del Ayuntamiento de Cosolapa, y Armando Saldaña Morales
fueron “callados” por afectar intereses del que no se ha conocido nombre.
El primero fue ejecutado a balazos en la puerta de su vivienda de la
colonia Santa Fe y Armando Saldaña
cuando salió de su vivienda de Laguna Chica a cubrir un evento en Tetela,
Oaxaca.
Del crimen existen varias hipótesis, incluso algunas autoridades tienen
fotografías de sujetos desertores del crimen organizado, quienes desde el año
pasado, presuntamente, trabajan para el mejor postor, de quienes se dijo,
fueron vistos por última vez en la camioneta que tenía prestada, Saldaña
Morales.
A uno de los sujetos, de quien se cuenta con su nombre y apodo, se le
relaciona en un rosario de delitos cometidos en Tezonapa y Cosolapa.
A pesar de esa información, ninguna autoridad habla al respecto, aunque otros, indiquen que
ese dato, fue aportado a instancias federales para que atraigan el expediente
por el asesinato y lo resuelvan debido a la tibieza con que el gobierno de
Oaxaca, diligencia el caso.
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