Por:
El Huatusqueño
EN
CIRCO se convirtió el Palacio Municipal de Tenampa, donde, por si no fuera poco
la pelea que en su momento sostuvo el síndico con otro sujeto para disputarse
el amor de ¿un hombre?, ahora tocó el turno al oficial mayor, Marino Hernández
y Celestino Álvarez, auxiliar de Obras Públicas. Se comenta que el oficial,
cansado de las pachangas del empleado municipal, que ya anda candidateando a un
desconocido suspirante a alcalde, originario de El Xuchitl, le reclamó a ese
sujeto su proceder y lo amenazó con sancionarlo, pero como en Tenampa la ley de
la selva es la que manda, el ofendido chalán de obras públicas se abalanzó a
los golpes contra su superior, confiado quizás en que el síndico, Fidencio Mendoza
no lo sancionará, ya ni hablemos de Celia Santoyo, que sigue apareciendo como
alcaldesa, pero solo en el papel, pues en la práctica, quien manda en el
Ayuntamiento, es su esposo. Después de la tormenta se dice que quedaron en el
suelo escritorios, papeles y todo lo que había dentro de la oficina del oficial
mayor y hasta en Fomento Agropecuario.
Al final sus compañeros de trabajo
tuvieron que separar a esos dos “gallos”, que orillaron a sus superiores a
celebrar una supuesta reunión disciplinaria que se celebrará este lunes para
decidir con cuantos latigazos será sancionado quien se atrevió a provocar una
pelea en casa del Cesar, perdón, en el Palacio Municipal de Tenampa. La escena
peliculezca hizo que más de uno se preguntara que tipo de servidores públicos
tiene el municipio, donde un síndico prefiere guardar casi un millón de pesos
bajo el colchón y no en un banco, donde la alcaldesa apenas sabe leer, donde la
policía funge cual guaruras de Luis Miguel, donde el escándalo no es el que el
síndico peleara por una mujer, sino por un hombre y donde entre empleados arreglan
sus diferencias a golpes ¿Qué se puede esperar la ciudadanía?...FINAL ESPERADO
es el que ocurrió con la UPAV en Huatusco, donde el fraude cometido en agravio
de decenas de estudiantes era un secreto a voces. Desde antes de fallecer,
Guillermo Zúñiga “rector” de la institución, que previamente fue el titular del
IVEA y era padre del actual alcalde de Xalapa, encolerizaba cuando un reportero
le preguntaba sobre la validez de los estudios de esa institución, pues
generación tras generación, nadie podía titularse o inscribirse en otro plantel
de nivel superior porque sus estudios no tenían validez, sin contar que a los
maestros se les dejaba de pagar hasta por un año por motivos inexplicables. En
el caso específico de Huatusco, se comenta que Luis Felipe Illescas Ibarra como
dicen vulgarmente “se fue al agua” e imitando al prófugo de la justicia, Javier
Duarte de Ochoa, simplemente desapareció de la faz de la tierra. El problema
tiene muchas raíces y terminar de desenterrarlas se augura como una tarea
cansada, con un proceso largo y sin que eso sea garantía de que al final del
túnel se verá la luz. Lo que sobra decir es que ese final de película se
profetizaba desde hace tiempo y por eso, no sorprende lo que paso. Habrá que
esperar el siguiente episodio de la telenovela de “Lo que Felipe Illescas se
llevó”. Por ahora es todo, hasta la próxima.
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