viernes, 25 de enero de 2013

LAS COSAS QUE NO ENTIENDO



Por: El Huatusqueño

Pasarela de funcionarios de Gobierno del estado se puede ver a diario en la ciudad de Córdoba y demás municipios que integran el Distrito XVI de Córdoba, como Fortín y Amatlán. Curiosamente, los titulares del Trabajo, Marco Antonio Aguilar Yunes; el ex secretario particular del gobernador, Juan Manuel del Castillo  y otros más se la vive en la ciudad de los 30 Caballeros (que creo ya no están porque salieron huyendo ante el nivel de inseguridad), también al rector de la UTCV, Francisco Rangel Cáceres, se le ve más en Córdoba que en el plantel que dirige. Aunque sus argumentos son orientados al trabajo, instrucciones del gobernador y más, todos saben de sobra que andan tras un hueso. Así, con lenguaje seco, pues mientras ellos entregan apoyos a diestra y siniestra solo en estos municipios, otros distritos que requieren más ayuda que Córdoba están en el abandono. Si tales fueran las instrucciones de trabajo del gobernador, estarían en localidades enlodándose y muriéndose de frío pero trabajando por el bien de Veracruz, no de su bolsillo. En Córdoba parece ser que las preferencias electorales ya no cuadrarán para el tricolor, luego del despilfarro de Juan Lavín, ex alcalde cordobés, que no se puso traje de bufón cuando era presidente municipal porque nadie se lo sugirió, basta recordar que hasta la cruz en semana santa cargó con tal de salir en la portada de varios medios regionales, a los que mandó traer para que lo fotografiaran. Aunque Francisco Portilla tenga las mejores intenciones, tres años no bastan para componer una larga lista de pendientes que dejó su antecesor, prueba de ese malestar ciudadano fermentado durante varios años es que en las pasadas elecciones perdió el gobernador no solo la entidad, sino la ciudad de donde es originario y su propia casilla. Fortín de las Flores es historia aparte, pues Cesar Torrecillas, después de tanto rogar porque le dieran chance de gobernar, reveló porque quería ser presidente municipal. Deseaba saber que se sentía ser todo un “Playboy” organizando fiestas privadas en su municipio y otras partes del estado con cargo al erario  público. En la región de Córdoba, donde el gobernador perdió no solo el distrito y la ciudad, sino su propia casilla, las cosas huelen a azul panista, prueba de que la gente empieza a darse cuenta que “la fidelidad” y eso de “adelante” no se hizo pensando en el pueblo.

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