Por:
El Huatusqueño
TRISTE
es ver que hoy en día los veracruzanos hemos dejado de sorprendernos al ver una
situación de riesgo, llámese balacera, detenidos, personas asesinadas con la
mayor saña posible o cualquier otro tipo de evento relacionado con la
delincuencia organizada. Hoy, ante el exhorto de la policía, soldados, marinos
y aun con la amenaza de ser citados a declarar, cientos de personas buscan
estar en primera fila para ver balazos, al finado y en muchos de los casos,
grabar ¿con que fin? Lo que ocurre. Lo anterior solo nos confirma algo, que la
escalada de violencia ha sido tan brusca y tan rápido su ascenso, que hemos
perdido sensibilidad ante lo que hace apenas unos años era impensable (todo
mundo trae en su teléfono galería de muertos como si de tarjetas de colección
se tratara). Las autoridades, tanto estatales como federales, a pesar del
cambio de gobierno, sea el federal de PAN a PRI o en el estado, de PRI a PAN,
la estrategia es la misma, combatir fuego con fuego en lugar de buscar
alternativas y una verdadera estrategia para sofocar o al menos reducir los
índices de violencia.
Ojo, correr a policías porque son gorditos, chaparritos o
no tienen la edad que las autoridades consideran necesarias para portar un
uniforme no es solución. La zona centro del estado es campo de batalla no
oficial entre carteles de la droga (no son grupos como los definen las
autoridades, sino carteles bien estructurados con presencia a nivel nacional,
llámense Golfo, Zetas, Nueva Generación o Sinaloa), que se disputan “la plaza”.
Las ejecuciones se consuman a cualquier hora del día, en cualquier lugar y en
contra de cualquier persona y la ciudadanía se sigue preguntando ¿Quién es el
autor no material, sino el intelectual? ¿Dónde se refugian y como es que siguen
operando tan libremente? ¿y las investigaciones?. Mientras tanto, el contador
de víctimas rebasa por momentos a los mismos medios de comunicación. En menos
de 48 horas ya van 6 muertos y una balacera en Orizaba…EL INFIERNO en El
Lencero se destapó esta semana, al ser dados de baja 200 cadetes, a quienes el
único argumento que se les dio es que no aprobaron los exámenes de
confiabilidad, que son bien conocidos por ser tan confidenciales, que hacen
suponer que el resultado es en base al mero capricho de instructores y mandos y
no las capacidades de los aspirantes para formar parte de la corporación de
seguridad. A los cadetes, que buscaban integrarse a las filas de la SSP se les
expulsó sin pagarles la beca que la administración de Miguel Ángel Yunes
Linares había prometido, uno de los principales malestares que generó un
plantón en la base de El Lencero. Con Arturo Bermúdez, las quejas eran por
abuso de las mujeres a manos de los mandos o las instructoras, o en el caso de
los hombres, su exhibición al mero estilo de “solo para mujeres”. Con Jaime
Téllez Marié, el incumplimiento de los pagos y otros beneficios prometidos, sin
contar la discriminación en contra de los chaparritos, que ni en sueños podrán
ingresar a la SSP. Por ahora es todo. Hasta la próxima.
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